Vivir en el extranjero puede resultar idílico, pero la realidad suele ser más compleja. Las dificultades de adaptación, el exceso de trabajo y los compromisos desbordados pueden pasar factura rápidamente. Desde el momento en que se mudan al extranjero, muchos expatriados sienten la presión de triunfar a toda costa, a veces en detrimento de su salud y bienestar. Entonces, ¿cómo prevenir el riesgo de agotamiento laboral? La clave está en comprender qué lo provoca y en adoptar estrategias proactivas. Y si empiezan a aparecer signos de agotamiento, dar un paso atrás y buscar consejo médico es fundamental.
El agotamiento laboral fue conceptualizado por primera vez en la década de 1970 por el psicoanalista estadounidense Herbert J. Freudenberger. Se trata de un estado de agotamiento profesional caracterizado por una fatiga intensa, pérdida de control e incapacidad para realizar tareas rutinarias. El profesional se “consume” poco a poco, como una vela que se va desgastando hasta no quedar nada.
Estos son los síntomas más comunes del agotamiento laboral:
Síntomas físicos: fatiga constante, insomnio, migrañas, dolores de estómago, dolores de espalda, etc.
Malestar psicológico: sensación de vacío emocional, ansiedad, aislamiento, dificultad para concentrarse, falta de motivación, sentirse desbordado por las tareas, etc.
Es importante tener en cuenta que el agotamiento laboral no es lo mismo que la depresión, aunque en ocasiones puede desembocar en ella.
Si bien el agotamiento laboral de expatriados suele comenzar en el ámbito laboral, se reconoce cada vez más otro tipo: el agotamiento laboral parental. Los cónyuges acompañantes son particularmente vulnerables.
Según un estudio de 2023, el 96 % de los expatriados declara haber experimentado agotamiento laboral. Los más estresados son los que trabajan en grandes centros de negocios en Asia (Hong Kong, Singapur) y Oriente Medio.
Al igual que todos los trabajadores, los expatriados están expuestos a cargas de trabajo pesadas y a una mala gestión, dos factores muy relacionados con el agotamiento laboral. Sin embargo, vivir en el extranjero añade retos específicos: adaptarse a un nuevo entorno, el aislamiento social, la presión de demostrar valía y la necesidad de desenvolverse en culturas laborales diferentes.
Para algunos, perder el empleo podría significar el final de toda su vida en el extranjero. Sin un plan alternativo, se aferran desesperadamente a su trabajo, incluso cuando este los va consumiendo poco a poco. Estos desafíos hacen que los que viven lejos de casa sean especialmente vulnerables al agotamiento laboral.
La prevención del agotamiento laboral comienza incluso antes de poner un pie en el país de destino.
Como hemos visto, el agotamiento laboral afecta especialmente a los trabajan en el extranjero en Asia y Oriente Medio, donde las jornadas laborales largas y el aislamiento son frecuentes. Es importante ser consciente de estos riesgos antes de firmar un contrato.
Si es posible, prioriza destinos que ofrezcan un mejor equilibrio entre vida laboral y personal, como Dinamarca, Finlandia, Irlanda o Nueva Zelanda.
Elegir un país más cercano a casa también puede ayudar: sentirás menos aislamiento cultural y podrás visitar a tus seres queridos con mayor frecuencia.
Antes de irte, investiga la cultura de tu país de acogida. Comprender las diferencias culturales puede ayudar a reducir el choque cultural.
Planifica con antelación los aspectos administrativos y logísticos de tu mudanza para minimizar el estrés una vez en el extranjero. Para una transición más fluida, organiza vivienda, logística de mudanza, visados, seguros y otros detalles necesarios por adelantado.
No esperes demasiado para conectar con comunidades de expatriados y compartir experiencias.
Mantener el contacto con familiares y amigos en tu país de origen también es esencial.
Una vez instalado, aquí tienes algunos consejos prácticos para expatriados estresados:
Establece rutinas de bienestar (meditación, yoga, pintura, etc.).
Haz ejercicio regularmente.
Concédete tiempo libre y dedícalo a actividades reparadoras, como explorar tu nuevo país.
Presta atención a tu cuerpo y a tus emociones para detectar las primeras señales de agotamiento laboral.
Permítete bajar el ritmo.
Establece límites claros entre el trabajo y la vida personal.
Identificar los primeros síntomas es crucial para prevenir y gestionar el agotamiento laboral en el extranjero. El exceso de compromisos, la fatiga persistente, las dificultades de concentración, la falta de motivación o energía, junto con dolores de cabeza o de espalda, son señales de advertencia.
Responder con rapidez es clave para la recuperación. Estos son los pasos a seguir:
Consulta a un médico y habla abiertamente de cómo te sientes.
Si la legislación local lo permite, el médico puede prescribir una baja laboral.
No te aísles: habla con seres queridos u otros expatriados.
Toma distancia de tu trabajo para identificar los principales factores de estrés y buscar formas de trabajar con mayor calma.
Informa a tu empleador y colegas para que tu carga de trabajo pueda reducirse.
Enfrentarse al agotamiento laboral mientras se vive en el extranjero es un gran desafío, pero con una preparación adecuada, apoyo y estrategias, puede prevenirse y manejarse. Ante los primeros signos de estrés, no dudes en pedir ayuda. Buscar apoyo no es una debilidad, sino un acto de valentía.
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