¿Eres alérgico a la leche, a la soja o a los frutos secos y te vas a vivir al extranjero? Las alergias alimentarias pueden representar un verdadero desafío durante una expatriación. Esta guía práctica explora los obstáculos a los que se enfrentan los expatriados alérgicos, y ofrece claves para prepararse, vivir con una alergia alimentaria en el extranjero y saber cómo reaccionar en caso de urgencia.
Si en tu país de origen las alergias alimentarias cuentan con un reconocimiento médico y social, no ocurre lo mismo en todos los países.
En algunas regiones del mundo, la población no está sensibilizada sobre el tema y el personal de los restaurantes carece de formación. Los alérgenos ocultos pueden ser numerosos.
Vivir con alergias alimentarias en el extranjero es aún más difícil cuando el etiquetado de los alimentos no es claro o ni siquiera obligatorio.
Por ejemplo, mientras que en Francia los alérgenos deben indicarse en los menús, esto no es obligatorio en Japón.
Leche, soja, frutos secos, cacahuetes, trigo, huevos, sésamo, pescado y mariscos… Son alérgenos que quienes padecen alergias deben evitar constantemente en el extranjero. Esto puede generar un temor constante a ingerir accidentalmente un alimento que provoque síntomas o incluso una hospitalización.
Además, los expatriados con alergias alimentarias sufren una mayor carga mental.
Una buena preparación es clave para una expatriación exitosa, y esto es aún más importante en el caso de las personas con alergias. Aquí algunas precauciones a tomar:
Antes de mudarte, visita a tu médico. Aprovecha para que te recete medicamentos como antihistamínicos o autoinyectores (como la epinefrina). Verifica si tus tratamientos están disponibles en el país de destino.
Infórmate sobre el nivel de concienciación de la población respecto a las alergias alimentarias. Conocer la gastronomía local también es muy útil.
Por ejemplo, la soja está muy presente en la cocina asiática, lo que puede suponer un problema para quienes son alérgicos a ella.
Infórmate también sobre la normativa local en cuanto al etiquetado de alimentos.
¿Qué países son más adecuados para las personas alérgicas? Además de los países de la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá, Nueva Zelanda y Australia son destinos recomendables para personas con alergias alimentarias.
Debe indicar tus alergias, posibles problemas de salud y un número de contacto en caso de emergencia. Idealmente, también debe incluir un icono visual claro (por ejemplo, el alérgeno tachado).
Muestra esta tarjeta en restaurantes, hoteles, mercados… Tradúcela al inglés o al idioma local.
Para obtener una versión traducida, puedes hacerlo tú mismo si dominas el idioma, o crear una pagando en sitios como Equal Eats.
Algunas apps también permiten comunicar tus alergias en el extranjero.
Este consejo es especialmente importante para los niños. Una pulsera de identificación médica indica, entre otras cosas, las alergias que padece la persona.
Saber adónde acudir en caso de una reacción alérgica te dará tranquilidad y permitirá una atención médica más rápida y adecuada.
Informa con antelación a la aerolínea sobre tus alergias y lleva tus propios tentempiés el día del vuelo. También puede ser útil llevar algunas comidas sustitutivas para los primeros días en el nuevo país.
Evitar los alérgenos en el extranjero es posible con algunas estrategias:
Leer las etiquetas es fundamental. Aprende las palabras que identifican los alérgenos en el idioma local. Esto también te será útil para explicar tus alergias en restaurantes y mercados.
Ten cuidado con los alérgenos ocultos en medicamentos o vacunas locales.
Cocinar en casa es una opción segura, siempre que sepas dónde comprar ingredientes libres de alérgenos.
Si te mudas con niños, informa a las escuelas y centros de ocio que vayan a frecuentar.
Unirse a un grupo de expatriados o a asociaciones de alérgicos te ayudará a sentirte acompañado y a intercambiar consejos útiles.
¿Y si, a pesar de todas las precauciones, sufres una reacción alérgica durante tu expatriación?
Lleva siempre contigo tu tratamiento de emergencia. Informa a tus familiares, amigos o colegas sobre qué hacer en caso de crisis.
Por último, anticipa y contrata un seguro médico internacional que cubra los gastos de una consulta o de una visita a urgencias por reacción alérgica.
Con un poco de organización y previsión, vivir con una alergia alimentaria en el extranjero es totalmente posible. ¡No dejes que tu salud frene tus planes de expatriación!
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